¿Cómo funcionan las cerraduras embutidas?

Se empotran o se embuten en un lateral de la puerta, lo que las hace ser unas cerraduras de gran discreción. Permanecerán ocultas y no podrán ser vistas, salvo en la parte donde hay que insertar la llave. Hay diversos tipos de cerraduras embutidas. Por ejemplo, las de seguridad cuentan con un sistema de autobloqueo que se activa cuando la cerradura percibe que la están manipulando; este bloqueo dificultará la acción del ladrón, de ahí que sean cerraduras más caras.

Entre las cerraduras embutidas del mercado, ¿cuál debería adquirir?

Lo primero es tener muy claro el presupuesto con el que se cuenta, ya que el dinero condicionará el nivel de seguridad del producto que se adquiera; y es que la protección y la seguridad requieren de una inversión. Hallar en el mercado cerraduras de última generación supondrá un coste nada asequible, y si son baratas es porque algún fallo habrá.

La cerradura embutida que se adquiera debería contar con mecanismo antibumping, para evitar que los ladrones entren fácil. Los mecanismos anti ganzúa o anti palanca harán de la cerradura algo mucho más seguro también; la seguridad de ti y de tu familia estará en juego con esta inversión.

Comprar una cerradura de una marca con peso en el mercado dará mucha tranquilidad que comprar una cerradura  embutida de una marca desconocida. Y es que los técnicos y expertos de las marcas más famosas trabajan para alcanzar una mayor protección de las viviendas. Apostar por lo conocido puede ser garantía para evitar sustos extraños. No obstante, el cerrajero de confianza que el usuario tenga le recomendará si una marca conocida merece o no la pena, en función de sus experiencia profesionales.

La instalación de cerraduras embutidas.

Una vez adquirida la cerradura embutida, puedes llamar a un cerrajero u optar por instalarla tu mismo y ahorrarte un dinerito. No obstante, el trabajo que vayas a realizar deberá ser cauto, cerciorándote de que la instalación es correcta y la seguridad ha quedado así garantizada. Y es que una cerradura que se instala mal no sirve para nada frente a los ladrones.

Lo primero es tener a mano las herramientas indispensables para la instalación. En esta maniobra casera, contar con limas, destornilladores, taladradoras de brocas para madera, coronas dentadas, medidores de distancia y un formón ayudarán enormemente para colocar la cerradura; si se carece de estas herramientas, tal vez sea mejor curarse en salud y apostar por un cerrajero cualificado. Como paso previo a la instalación, comprobar el sentido en el que se abre la puerta es fundamental, ya que la cerradura dependerá de si se abre hacia izquierda o hacia derecha.

En el caso de que la puerta tuviera una cerradura ya de antes, basta con quitarla y con colocar la nueva; si las medidas son idénticas, la instalación será pan comido, algo que podrá conseguirse si se compra una cerradura de la misma marca y hay suerte.

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En el caso de que no hubiera una cerradura en la puerta ya de antes, el escenario se complica. Habrá que señalizar la zona de 105 milímetros de altura aprox. para que la manivela quede a una altura idónea. Después la taladradora, con tope, deberá realizar su función percutora (hay que tener cuidado de no dañar la máquina, lo que sería más costoso que llamar directamente a un cerrajero). La lima y el formón facilitarán que se haga el hueco exacto en la puerta, donde más tarde se ubicará la caja de la cerradura (el hueco debería ser perfecto para que la apertura de la puerta sea perfecta, ya que, si la instalación no es correcta, la cerradura no cerrará como es debido). Lo siguiente sería la instalación del bombín, tras haber hecho un agujero perfecto y ambos lados la corona dentada. Una buena chapa de protección y la colocación de los embellecedores deberían poner la guinda al proceso de instalación (instalar esta cerradura en una puerta metálica sería similar, aunque algo más lento y complejo el proceso).

Y es que instalar una cerradura donde ya había antes otra es fácil, más aún si las medidas encajan. Más complicado es tener que hacer los agujeros y afrontar el proceso desde cero; hay veces en que es mejor gastarse el dinero en un cerrajero profesional que dañar la puerta y la cerradura en trabajos caseros que a la postre saldrán más costosos.

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